
Existen cierta clase de obras (películas, por ejemplo), las cuales han pasado por lo imposible para ver la luz. Y hace un par de años, desde el inicio de su grabación, le tocó a un disco de The Mars Volta, conocidos por sus tremendos trabajos, presentaciones en vivo, y la locura que nos presentan en cada una de sus entregas.
De paso por la excelente página chilena de música potq.cl, me encontré con un artículo sobre el nuevo disco de los músicos de El Paso llamado Octahedron, pero además con la increíble historia de la grabación del antecesor: The Bedlam in Goliath.
Todo comienza con la visita de Omar Rodríguez López a Jerusalén en el 2005. Éste compró una tabla de Ouija como regalo para su compañero Cedric Bixler-Zavala. Hablar con la tabla se convirtió en un ritual post-show cuando compartían gira con los Red Hot Chilli Peppers. Omar contó en alguna oportunidad lo siguiente: "nos pasó como con la droga, se convirtió en un vicio, queríamos más y más, ya se estaba haciendo algo negativo". Tal fue el grado de adicción que la llamaban “The Soothsayer” ("El Tranquilizador").
El nuevo juguetito de los Volta les comenzó a revelar historias y decía ser tres personas en una, un triángulo de lujuria que terminó en asesinato, y se hacía nombrar como Goliath. Y de a poco comenzaron a aparecer las terribles e inquietantes coincidencias. A mitad de la grabación, el baterista dejó la banda por problemas económicos. Cedric tuvo que ser operado de un pie gracias a los zapatos que acostumbraba usar, teniendo que reaprender a caminar luego de la cirugía. El ingeniero de sonido sufre un colapso nervioso y abandona el trabajo, dejando los temas grabados inutilizables para el disco. El estudio de Omar, que ocupaba lugar en su casa, se inundó y provocó muchos cortos eléctricos. Todo mientras la tabla reveladora seguía provocando a los implicados.
Y aunque se contrataron tres personas más para rescatar el proyecto, muchos de los tracks terminados desaparecían inexplicablemente de los equipos. Esto calzaba perfectamente con las amenazas del espíritu y su oposición a la realización del disco.
Hasta que un día, ya cansados de los problemas que provocó ser parte de este juego con fuerzas sobrenaturales, Omar envolvió la Ouija en un paño, y la enterró en un lugar que nunca reveló. Además Cedric le hizo jurar que nunca le diría el lugar donde la dejó. Y ordenaron no hablar nunca más del tema mientras no se concluyera el trabajo.
Y como resultado, lograron un potente disco, que incluyó muchas frases que obtuvieron del tablero, así también algunos títulos de sus canciones, y fragmentos de poemas que venían con la tabla, que representaba el idilio amoroso de las tres almas atrapadas en Goliath.